18/02/2019

madrid

Madrid no tiene una torre Eiffel, no tiene antiguas ruinas de foros romanos, ni un mar y su catedral es moderna, y justo al contrario de otras grandes capitales europeas goza de ser poco popular, desconocida y por tanto poco masificada por el turismo. Tal vez sea esa su gran baza, la tranquilidad de su vida urbana y un lado oculto de barrios repletos de tradición y modernidad donde una gran oferta cultural y una bulliciosa vida nocturna son entre otros sus grandes atractivos.

En Madrid encontrarás pequeños grandes monumentos como la Puerta de Alcalá o las Cibeles, plazas con encanto como la de Canalejas o llenas de vida como la de Santa Ana, palacetes románticos llenos de historia, inmensos parques como la Casa de Campo o el Retiro, un río por el que pasear en bici, grandes pinacotecas, un clima excelente, una interesante gastronomía y unos cuantos motivos más:

Comer un cocido, unos callos o un bocata de clamares

La Plaza Mayor y el barrio de los Austrias es el mejor entorno para volverse a entregar a los placeres gastronómicos más castizos. El cercano mercado de San Miguel es un clásico donde degustar el cocido madrileño, los callos o un bocata de calamares fritos y acabar con un buen licor de madroño.

Domingo de tapas y Rastro

Porque no hay mejor plan para la mañana dominical que bajar la Ribera de Curtidores y perderse por las callejuelas de La Latina, visitando los numerosos anticuarios y puestos de este genuino mercadillo. Si lo completamos con unas deliciosas tapas y unas cervezas al sol el plan es perfecto.
Ver las Meninas

Volver al Prado es cada vez una experiencia nueva, es como volver a ver tu película favorita, y apreciar los detalles que se te escaparon la primera vez. Las Meninas es uno de sus cuadros más populares, donde las sirvientas de la infanta Margarita de Austria son las protagonistas del cuadro en el que Velázquez recrea con una atmósfera mágica el momento en el que los reyes visitan al pintor (que también aparece en el cuadro) mientras retrata a tan ilustre modelo. La penumbra, los bufones que bailan, mascotas, extraños espejos y puertas que se abren completan un lienzo que es capaz de enganchar a cualquiera.

La Gran Vía

Porque es el símbolo de la llegada de la modernidad a la capital, de los teatros, los cines y el glamour de principios del siglo XX, y porque aún hoy, cien años después conserva esa esencia y es capaz de trasladarnos a Broadway o a cualquier calle de Nueva York. La escenografía de neones y su ecléctica arquitectura hacen que parezca un gran decorado de cine que uno no se cansa de subir y bajar.

Malasaña

Es la seña de identidad del Madrid alternativo y moderno, la herencia de la llamada movida madrileña de los 80 se respira aún en esta zona entre la céntrica Gran Vía y lacalle Fuencarral. Tiendas de ropa vintage, locales nocturnos de moda, una variada oferta gastronómica y cafés eternamente habitados por la sociedad hipster se reunen en en este barrio.