Todo genial, la relación calidad-precio es de lo mejor que puedes encontrar en Roma. Marco, el dueño, es un tío súper simpático y atento. Fui a Roma para buscar piso para mi erasmus y me ayudo con todo lo que pudo. Su madre (la dueña del restaurante en el que te dan el desayuno) también encantadora. Las habitaciones bien, tiene cocina y un baño decente.
Muy recomendable